¿Pondrías tu salud en manos de un médico que toma decisiones como las tomamos en RRHH?

Es difícil imaginar un mundo en el que los médicos tomaran decisiones del mismo modo que lo hacemos los recursos humanos, los managers o los ejecutivos. Por ejemplo, imaginemos que un médico encargado de la toma de decisiones prescribe un tratamiento sin comprobar primero los resultados de la investigación para ver si ese tratamiento funciona.

Seguramente no nos sentiríamos cómodos con esto, así que ¿por qué nos sentimos tan cómodos con los directivos, managers o personas de recursos humanos que actúan sin investigar si sus acciones previstas pueden marcar alguna diferencia?

Afortunadamente, no vivimos en ese mundo. Los médicos toman sus decisiones apoyándose en la medicina basada en la evidencia (MBE), que es el estándar de oro para tomar decisiones mejor informadas. Esto significa que utilizan investigaciones que se basan en el método científico para llegar a conclusiones más confiables, de esta manera incrementan la probabilidad de acertar tanto en el diagnostico como en el tratamiento.

La MBE (EBM en inglés – Evidence Based Medicine) es una práctica que pretende tomar mejores decisiones sobre los diagnósticos y tratamientos médicos. Para ello, se utiliza la evidencia de la investigación que sigue el método científico. La MBE comenzó como un movimiento para mejorar la calidad de la atención a los pacientes. Fue una respuesta a las críticas a la medicina y a la falta de una buena razón para muchas decisiones clínicas. También había mucha variabilidad en la forma de utilizar los tratamientos. Pensemos que hasta no hace muchos años, prácticas como las sangrías, la utilización del mercurio o las lobotomías que hoy consideraríamos como auténticas barbaridades, estaban a la orden del día.

Archie Cochrane fue el pionero de la medicina basada en pruebas en 1972 (solo hace 50 años!!), y David Eddy fue el primero que expresó el concepto “basado en la evidencia” en 1982. Más tarde, a principios de los años 90, el Grupo de Trabajo de Medicina Basada en la Evidencia contribuyó a desarrollar los fundamentos de la toma de decisiones basada en la evidencia en medicina.

Posteriormente esta práctica se ha ido extendiendo a otros campos como la salud, la educación, políticas de administración pública, la criminología…

Desde 2014, el CEBMA (Center of Evidence Management) tiene como propósito el expandir estas prácticas tanto al management como a los recursos humanos.

¿En qué consiste esta práctica?

  1. Buscar la mejor evidencia – Esto significa buscar en múltiples fuentes de investigación científica y datos empíricos para encontrar nuevas formas de ayudar a las personas. Además de la investigación científica, las pruebas pueden provenir de los datos de la organización (People analytics), la experiencia profesional o los valores y preocupaciones de las partes interesadas.
  2. Toma decisiones sistemáticas – consiste en tomar decisiones basadas en lo que está respaldado por la ciencia. Hay que intentar deshacerse de cualquier sesgo mental, prejuicio o pensamiento perezoso.
  3. Evalúa y adapta tus decisiones – todas las decisiones importantes deben examinarse críticamente utilizando el método científico. Evalúa periódicamente la evidencia para ver si siguen apoyando tu decisión.

Proceso de toma de decisiones informadas

1. Se identifica un problema.
2. Convierte ese problema en una pregunta a la que puede dar respuesta.
3. Busca y recoge las mejores pruebas posibles.
4. Evalúa la fiabilidad de esas pruebas.
5. Pondera y evalúa esas pruebas.
6. Incorporas las pruebas a tu proceso de toma de decisiones y luego evalúas el resultado de tu decisión

Las ventajas de utilizar esta metodología son claras. Al tomar decisiones con un alto porcentaje de eficacia probada, los RRHH, los directivos y los ejecutivos pueden aumentar las posibilidades de éxito y tener un mayor impacto en su organización. A la inversa también tiene sus beneficios, dejar de hacer “cosas” con un bajo porcentaje de eficacia probada, aparte de reducir mucho los costes, reduce bastante el tiempo que consumimos de nuestros equipos y elimina frustraciones. Esta parte nos cuesta mucho tanto a los recursos humanos como al management.

Aplicar la gestión basada en evidencia no siempre es fácil, y lleva tiempo, pero merece la pena el esfuerzo para garantizar que las decisiones se basen en pruebas sólidas, mejorando nuestra credibilidad y convirtiéndonos en el socio estratégico que decimos ser. De este modo, estaríamos aportando al negocio un conocimiento que ni siquiera el propio negocio tiene.

Veamos algunos ejemplos

¿Qué porcentaje de personas del mundo de los RRHH y de la gestión saben que hay 100 años de evidencia que muestran que herramientas pueden ayudar a seleccionar mejor a los candidatos? Por ejemplo, la combinación de una entrevista estructurada combinada con la capacidad de aprendizaje incrementa las posibilidades de predecir el futuro desempeño de un candidato.

¿Qué porcentaje de personas del mundo de los RRHH y de la gestión conocen que en empleados del conocimiento, aspectos como la cohesión social tiene un impacto del 25% en el performance del equipo y que el engagement solo tiene alrededor de un 9%. (teniendo en cuenta un nivel de confiabilidad de la evidencia es del 70%).

¿Por qué seguimos con nuestras “ideas zombie”? término popularizado por el premio Nobel de economía Paul Krugman en su libro Arguing with Zombies y que las define como: ideas que deberían haber muerto por las evidencias en contra, pero que sin embargo se mantienen deambulando, «comiendo» los cerebros de las personas.

Algunos ejemplos de ideas zombie serían las diferentes motivaciones/necesidades laborales que existen en función de las generaciones a las que pertenecemos. Otro más sería por ejemplo el entender que probablemente no podemos afirmar de manera tan grandilocuente que si mejoramos el compromiso mejoraremos el desempeño porque solo pasa hasta un cierto punto más limitado del que creemos. Un último ejemplo serían una de las últimas modas que ha llegado como es la mentalidad de “crecimiento”.

Todas ellas se han ido desmintiendo a medida que se han intentado probar utilizando el método científico, a día de hoy parece que no hay suficiente evidencia confiable que las demuestre, sin embargo, siguen arraigadas en el imaginario de los recursos humanos.

Parece ser que todo el mundo “sabe” de RRHH, pero la realidad es mucho más compleja. Pareciera que seamos nosotros mismos los que no nos tomamos en serio y esto nos aleja de ese posicionamiento estratégico que creemos merecer y que probablemente nos falte mucho por conseguir.

Me encantaría conocer tu opinión sobre este tema. Si te ha parecido interesante o te gustaría aprender como lo puedes aplicar, te puedes apuntar a la COMUNIDAD DE LA GESTION BASADA EN LA EVIDENCIA.

El propósito es claro, llevar a los recursos humanos al lugar que merecen aportando valor a las compañías, pero sobre todo a conseguir que el trabajo sea mejor para todos, para quienes lo hacen, quienes reciben los resultados y quienes lo gestionan.

Gracias por leer y por compartir.